Es una enfermedad parasitaria
producida por un protozoo llamado Leishmania infantum.
Se contagia por medio de la
picadura de un mosquito llamado Phlebotomus. Una vez que ha picado a un animal
enfermo transporta en su interior las leishmanias y se las transmite con su
nueva picadura, al animal sano. No se transmite por contacto directo,
secreciones, heridas, orina, heces…etc.
Los perros afectados pueden tener
los siguientes síntomas:
- Adelgazamiento.
- Apatía, debilidad.
- Atrofia muscular progresiva.
- Úlceras cutáneas.
- Heridas que no cicatrizan.
- Piel seca.
- Caspa.
- Pérdida de pelo.
- Falta de pelo alrededor de los ojos.
- Hemorragias nasales.
- Inflamación de ganglios linfáticos, hígado y bazo.
- Cojeras.
- Lesiones oculares.
Algunos perros pueden ser
asintomáticos durante periodos de tiempo variable. Los síntomas pueden tardar
desde varias semanas o varios meses, dependiendo del sistema inmunitario del
perro.
El diagnóstico se realiza
mediante análisis de sangre, biopsia de piel, o citología de la médula ósea.
Esta enfermedad tiene tratamiento
y este es más eficaz cuanto más precozmente se diagnostique.
Es importante que no se deje
avanzar la enfermedad ya que ataca a la vista, las articulaciones, la piel y el
riñón. Sus secuelas pueden ser muy graves como llegar a diálisis, trasplante de
riñón o la muerte del perro.
Hay que tener en cuenta que es una infección que a
día de hoy no tiene cura, pero los medicamentos disponibles en el mercado le
pueden alargar y mejorar la calidad de vida de nuestro compañero, llegando
incluso a estar tan bien que no nos daremos ni cuenta ni de que la tiene. Se
utilizan los antimoniales pentavalentes: metilglucamina y estibogluconato
sódico, cesiastes otros tales como la anfotericina B, la pentamidina y el
ketoconazol.
Pero no debemos de olvidar nunca
que es una enfermedad crónica y por lo tanto estar alerta de posibles recaídas.
El contacto con el perro no transmite la enfermedad a las personas, solo el humano puede cogerlo si es picado por Phlebotomo.
Para luchar contra esta
enfermedad hay que prevenir la picadura de la mosca transmisora. En este
sentido debemos evitar que nuestro perro duerma a la intemperie en patios,
jardines o terrazas puesto que es en las horas del anochecer y amanecer cuando
el Phlebotomo tiene su momento de máxima actividad.
Igualmente debemos proteger
durante los meses de Marzo a Octubre a nuestro perro de la picadura de la mosca
mediante la utilización de productos antiparasitarios externos específicos. Hoy
en día existe en el mercado una amplia gama de presentaciones en forma de
collar, spray o pipetas antiparasitarias de fácil aplicación y prácticamente
nula toxicidad tanto para el animal como para su entorno familiar.
En el caso de
la leishmaniosis es fundamental realizar un diagnóstico precoz, fácil de llevar
a cabo mediante un sencillo análisis de sangre que nos indicará si nuestro
perro está infectado e incubando la enfermedad sin haber llegado todavía a
presentar síntomas, lo cual nos permitirá realizar el tratamiento con una alta
garantía de éxito y escasos efectos secundarios.
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